martes, 30 de marzo de 2010

El cerebro detras...

Alberto Montt y sus dosis diarias www.dosisdiarias.com

domingo, 28 de marzo de 2010

Perder

Sobre la perdida, sobre el desprendimiento absoluto de el ser sobre un elemento poseído con anticipación.
Contra cualquier principio moral del crustáceo que baila en mi tabla ouija, proyectare en tu vientre la secuencia mortal al desenlace moral. El hombre surreal invocara la matriz numérica de la montaña encantada, morirá mil veces al son de cada repique y podría permanecer así eternamente. La montaña fluirá como vegetal nómade, su melancólica brisa se apodera de la matriz encefálica, silencio, terciopelo. Se acordara morir antes de los diez disparos, y fusionar el príncipe con la mano de otoño, se resará un revés y se sacrificara un escritor latino.
El valiente hombre surreal abusará de mil hormigas para sustentar su respirabilidad, cavalgara con la cuchara de cedro en el monstruo hidráulico, envejeserá mil sueños hirvientes y cuando el morir se vuelva habito, un eclipse destilara su sonrisa. Una ves en casa, jugara a amputar miembros y reír de los bastardos locales. Con un ejercito de castrados se someterá a sus relatos. Engañara a la lluvia con sus luciérnagas, sus trabajadores inhabilitaran cada gota... y un beso eterno sellara el momento.

martes, 23 de marzo de 2010

Madre

Madre, digale a su hermosa hija que tengo un secreto que contarle, no soy ningún criminal pero la mataría a usted por estar con ella. Digale que tengo unos dulces para ella, he debido convertirme en galán de los años `20s para acercarme, he mordido pelo de Gaia, mientras ella mal obraba con sus dentales pétalos.
Madre digale que no camine delante mio, que no escuche mis palabras, ni se burle de antigüedad. Digale que no ocupe su mirada de medusa en mi, que no sea tan hermosa al atardecer, ni tan surreal al florecer. Que mantengas sus dedos de escritora lejos de mi hombro, sus expresiones ambiguas lejos de mi niño interno. Digale que el herrero del rey carmesí se ofreció a lavarle la cara.
Estimada Madre, enviela en el tempano dorado a volar con el alcatraz, deje sus extremidades en el orificio amarillo junto a su canibalismo simétrico.

lunes, 22 de marzo de 2010

Miséria 1

Al bajar de la micro luego de este como emocional, suelo interrogar a aquel árbol con la mirada y pedirle aquel día perfecto. Ese día, me sentí algo arrepentido de reprocharselo, me había dado algunos minutos perfectos. Es un viejo sabio, con sus ramas me sonrió y me mando a mi escritorio. Una vez en mi silla, me puse a manipular naipes, me creía rock star lanzando corazones desde mi balcón, se me inflo el pecho al ver el primer nivel de mi castillo, me quite los zapatos y reí toda la maldita noche, proyecte el segundo nivel milimétricamente, incluso pensé en poner la alcoba real en él, me fui a dormir con una sonrisa ecuatorial.
creer lo que A la mañana siguiente - ¿qué mierda hago en este baño asqueroso?- me despertaron las patadas de un obeso que quería vomitar, camine ebrio a mi casa, me senté con esa sensación de "demasiado cansancio para estar despierto, demasiado malestar para dormir". Cerré las cortinas y morí en el sofá, aquel has de luz calentaba mi fría nariz, las sombras pasaban y aprovechaban de golpear mi estomago. Aquel has, penetro mi ojo -¡más fuerte!- como un patético ser, no podíaveía en las cortinas, una mano de escritora inyecto polen de amapola en mi corazón al ver esas machitas deliciosas, puntitos paradisiacos, gotas de anís, sutiles, lisérgicos, sobre esa hermosa nariz. Corrí a mi escritorio, me amarre la frustración con un cole de mi hermana y contemple la reina de trébol en mi castillo de naipes, la acaricie y le dije - Si fueras de corazón te mando a la mierda-.