Últimamente he tenido guiños aterciopelados con la poesía, la he comprendido de una forma bien especial. De partida, creo que he dejado clara mi afisión a los escritores argentinos, me he conectado con aquellos que manejan el surrealismo de forma satánica -en el buen sentido de la palabra satánica-. Por el momento me identifico más con Benedetti que con Neruda. Seré breve, lo mío es lo que te puede hacer sentir una pieza artistica, no lo que cuenta, no lo que siente el autor, sino lo que te hace sentir. Bajo este principio, no recomiendo leer poemas como se lee una novela, descubrí que al leer en voz alta el poema es como vino para el emisor y jazmín para el receptor, mno por el agrado de el vino y el jazmín, sino por la intencidad de estos dos estimulos. Es por esto que HOMBRESURREAL recomienda difundir los microfonos abiertos, gritar poemas, recitar poemas, pregonar poemas, cantar poemas, decir poemas, contar poemas, susurrar poemas, que los poemas dejen de ser una experiencia individual. Si ven que dejo de escribir vayan al patio de la EAO, busquen al hombre pequeño mirandolo todo y veamos si nos animamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario